viernes, 5 de marzo de 2010

CONSECUENCIAS



Las indirectas, algunas veces, son demasiado directas y hacen daño.

Las reflexiones dichas en voz alta también.

La rapidez con que cambia la luz roja de un semáforo es proporcional a lo que puede transmitir una mirada.

No hay odio, ni rencor, ni venganza... hubo un algo y ya no hay nada , hubo un fue y ya no es.

Un perdón, una carta, un semáforo y una mirada.

Que te vaya bien, que te vaya bonito.



Es cuestión de palabras y no obstante
ni tú ni yo jamas,
después de lo pasado, convendremos
en quién la culpa está.

¡Lástima que el Amor un diccionario
no tenga donde hallar
cuando el orgullo es simplemente orgullo
y cuando es dignidad!


Gustavo Adolfo Bécquer.

(Este post no es para comentar, abstenerse comentarios, gracias)

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Escribiendo desde la luna todo parece diferente.
Hay silencio.

Me quedo aquí a leer lo que me contéis.