miércoles, 27 de junio de 2012

¡MARCHANDO UNA DE COCO!




 
-¿Y por qué coco? ¿Tanto te gusta?

- Sí, y desde hace tiempo un poco más.

 - Todo empezó en primavera, cuando el calor aún no se había instalado de forma permanente entre las calles de la ciudad. Todavía  se podía apreciar en la vestimenta de la gente los últimos vestigios del invierno; chaquetas, medias en las mujeres, botas  y bufandas de entretiempo en el cuello. Pero para mí la primavera había llegado con todo su esplendor. Sí, llegó con un sinfín de novedades que hicieron que esa estación se convirtiera  en el principio de algo que a día de hoy  me quita muchas horas de sueño, pero al mismo tiempo me hace sentir una alegría y felicidad inconmensurable.

- Pero... cuéntame lo del coco.

- Lo del coco es lo menos importante de ésta historia, mejor te cuento lo que más recuerdo de esa primavera.
Había una especie de sótano, algunos decían que allí hacía frío pero yo nunca llegué a percibir esa sensación. Gente, bastante gente, de muchas edades, y por cierto, todos bien avenidos. También me acuerdo de oír música, mucha música clásica. Escuchar el Adagio de Albinoni en primavera, en un sótano, rodeada de muchas personas que hablaban  y repetían una y otra vez  textos y más textos puede parecer una tortura, pero para mí era una sensación que rayaba la armonía perfecta.

- ¿Y qué tiene que ver todo eso con el coco?

Lo del coco todavía no llega. Antes del coco vinieron otras cosas. El sótano aquel se convirtió en un sitio rutinario pero al mismo tiempo muy venerado por todos nosotros. Para mí aquel sitio tenía magia, era como la casa magnética  de los parques de  atracciones, cuando estaba dentro había algo que me atrapaba y  hacía que el tiempo allí no corriera como en el exterior. Pasé muchas horas, y cada una de ellas fueron para mí  “horas extraordinarias”.
- y el co…
- ¡Calla!!

- Mira, como veo que sólo te interesa el dichoso coco, te diré que aparte de ser el: “Fruto del cocotero, semejante al melón en su forma y tamaño, cubierto de una doble corteza, la primera fibrosa y la segunda muy dura; por dentro y adherida a esta tiene una pulpa blanca y sabrosa, y en la cavidad central un líquido dulce llamado agua de coco.”  …Para mí el coco es  el antídoto de mi vida.

-¿De verdad?
- Ajá.


domingo, 10 de junio de 2012

COMPARTIENDO, VIVIENDO Y SOÑANDO





 Comparto deseos, tiempo y sonrisas,

vivo cada día pensando en el mañana,


 sueño cada día con infinitas promesas

y cada día presiento que algo me llama.


 Y me pregunto, ¿qué quiero?

y eludo todas las respuestas,

porque sé que sin ti puedo ser nada

pero contigo... amanece todas las mañanas



 ...y "cómo dijo aquel genio esta vida es un sueño y soñaré, soñaré..." LOVG 


 Si me preguntas contestaré, si andas te acompañaré, si sonríes imitaré, si me explicas te entenderé, si pides te daré, si ofreces recibiré, si empiezas continuaré... 
Si el otoño sigue siendo primavera esperaré al invierno para que sea verano, entonces, abriré las puertas de tu balcón y allí mismo mirando al infinito se oirá la dulce melodía de nuestra canción.



jueves, 7 de junio de 2012

MAKTUB - ESTABA ESCRITO


¿Existen las casualidades? ¿Las casualidades son la antesala del destino? 







¿El destino está provocado por los hechos? ¿Los hechos están escritos?



Prefiero no filosofar ante la cantidad de respuestas posibles, pero lo que si está claro es que hay "algo" que está ahí, llámese como se quiera, pero ese algo puede cambiar en cuestión de segundos toda una vida...
Desde una mirada o un cruce de palabras, hasta un simple gesto hecho sin ninguna intención, pueden desencadenar una reacción que de un giro de 180 grados a un destino que no se sabe ni de dónde viene ni a dónde va.

Pero el destino ¿nace o se hace? ¿está escrito o lo cambiamos con nuestra manera de vivir?




                                                                                    

 
                                                                                                          
 Dos personas se han cruzado en el camino...¿ estaban sentenciadas a encontrarse o simplemente han sido un cúmulo de casualidades que han hecho que se conozcan?

Sea lo que fuere, un destino caprichoso hizo que se encontraran.


Éste, y otros muchos ejemplos son los que nos hacen reflexionar sobre las múltiples formas que tiene la vida para sorprendernos, ya sea en el amor, en el trabajo, o en cualquier otra circunstancia, siempre hay un momento que se piensa que algo o alguien ha cambiado la trayectoria de nuestro camino.